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Vaupés:  Entre el Desarrollo, la Ambición Occidental y las Cosmovisiones del Cuidado de la Vida


El maestro Julio Carrizosa hablaba de la Colombia compleja, y qué mejor ejemplo de esa Colombia que el departamento del Vaupés. La complejidad y diversidad de este y otros territorios del sur, contrasta con las ideas simples y homogenizadas que tenemos sobre el desarrollo, el progreso y el crecimiento. Visiones occidentales y modernas que contrastan con el mundo indígena y con otras formas de saberes y de entender el territorio, la vida y el bienestar colectivo. En el Vaupés, estos contrastes se viven día a día, como una tensión entre dos mundos, que no acaban de conocerse, ni de entenderse. 

Estas tensiones tienen resultados reales. Por ejemplo, la crisis ambiental que vive el planeta hoy es el resultado de la pérdida de la biodiversidad generada por una idea de bienestar centrada en el consumo y en la búsqueda desenfrenada de ganancias, donde la naturaleza es vista como una fuente para ser extraída. Así se legitima una visión de desarrollo que erosiona otras formas más complejas, justas y sostenibles de entender la vida. Visiones que hoy existen en contados sitios del planeta, uno de ellos, el Vaupés. 

La invasión del desarrollo occidental y la fragmentación de las culturas de la vida

Tristemente los saberes indígenas del Vaupés están siendo arrinconados no solo por el avance de visiones extractivistas, sino también, por las economías ilegales, la violencia y las desigualdades. Por ejemplo, a pesar de ser una planta sagrada, el uso ilícito que le ha dado occidente a la coca ha hecho que territorios del sur queden sumidos por los problemas y violencias que trae la producción y el tráfico de la cocaína. En el Vaupés, más que cultivos hay tránsito de drogas, y en parte por eso sus municipios no han sido priorizados dentro de los PDET. El departamento se ha quedado con el problema, pero sin las soluciones. 

Hoy en día al territorio llegan dineros por otras vías: el Nuevo Oro verde, los bonos de carbono. Con esta figura, que ha sido importada desde afuera, se promete proteger la selva y generar ingresos a comunidades que, como los indígenas, ayudan a conservar la naturaleza. Sin embargo, los bonos se han empezado a certificar y a vender sin tener una regulación clara, sin acompañamiento técnico y si formar a las comunidades. Como resultado de esto, los dineros que llegan están fragmentando y contaminando. Como lo señala una lideresa indígena del departamento “son grandes empresas y personas poderosas los que están detrás de estos dineros, y con ellos al territorio llega el alcohol, los alimentos procesados y el conflicto”. Con la llegada de colonos y dineros, también llegan nuevas presiones sobre el territorio, que se empiezan a ver en temas preocupantes como la contaminación del río, fuente de vida, alimento y transporte para el Vaupés.  

Inversión bajo otras brújulas

Las visiones tradicionales de desarrollo necesitan una reorientación que contemple visiones más acordes a los territorios, y que reconozcan la complejidad y diversidad de las relaciones que existen entre las personas y la naturaleza. En el caso del Vaupés este cambio de visión es necesario para construir equidad y asegurar que los saberes indígenas puedan seguir no solo existiendo, sino también, enseñándonos sobre otras formas de habitar este planeta.  

Las soluciones requieren de cosas tan básicas como entender el contexto y pensar en el bienestar. Como lo resalta Yahiling Zuluaga, artista radica en el departamento, “acá en el Vaupés vemos y actuamos en las realidades de manera diferente”. Esto implica entender que el Vaupés no es como cualquier otro departamento de Colombia (de hecho, en el departamento solo hay 3 municipios, el resto es resguardo indígena). Por eso, los proyectos y programas que se implementen acá deben entender lógicas propias que se caracterizan por el cuidado a la naturaleza y por el trabajo colectivo, y que deben apuntar a generar los mínimos sociales que toda comunidad necesita. Tristemente, como lo señala Jarvi Vargas, docente y líder del departamento “el gobierno departamental poco le invierte a la parte social, porque en términos monetarios no ve la ganancia fácil ahí mismo”. Esto nos muestra que las lógicas con las que se piensa el desarrollo en el departamento siguen respondiendo más a ideas de extracción para el crecimiento y la acumulación, y menos a ideas del bienestar propio. Como Jarvi lo pregunta, ¿qué pasaría si los recursos más bien se usaran para construir una educación más incluyente y apropiada, que permita que se mantengan los saberes indígenas, de las cuales occidente tiene mucho por aprender?. 

Incluir, construir en colectivo y pensar en el largo plazo Las soluciones a las desigualdades que vive el Vaupés son complejas porque vienen de procesos históricos de empobrecimiento y marginación. Pero muchas veces, las soluciones y políticas no buscan transformar estas desigualdades de fondo, sino que terminan cayendo en respuestas coyunturales de corto plazo que no modifican lo estructural. Como lo resalta Alexander Rincón, investigador y docente de la Universidad Nacional de Colombia, para avanzar en las transformaciones de fondo se necesita dejar de pensar solo en indicadores, “los indicadores hablan de cosas a cumplir, pero no entienden los procesos de largo plazo que son necesarios. Por esto las inversiones deben estar enfocadas en generar procesos, no solo en generar retornos financieros en el corto plazo”. 

En últimas, construir equidad desde un territorio como el Vaupés implica ver a este departamento como una base de aprendizaje para el resto del país y del mundo. En esta región existen otras lógicas de bienestar y economías propias, las cuáles es fundamental mantener para el bien de todo el país y el planeta. Un ejemplo claro es pensar en aprender sobre las prácticas de coexistencia con la naturaleza que tanto necesita el planeta para resolver la crisis ecológica en la que nos estamos adentrando.

¿Cómo podemos convertir al Vaupés en un símbolo de diversidad y resiliencia para un mundo que ha eliminado saberes, diversidad, y lógicas de colectividad y cuidado de la vida en nombre de las ganancias de corto plazo y de una idea de desarrollo homogenizante y simple? El oro verde no se encuentra en el dinero de los bonos de carbono, el oro verde de verdad es tener un territorio donde aún existen lógicas y visiones de mundo que no han perdido su interdependencia vital con la naturaleza. Quizás para entender estas ideas necesitemos más que palabras. A veces las imágenes, los simbolismos, los colores y los contrastes nos dejan ver las cosas de manera más clara. Así lo busca la obra artística “Equilibrio”, que Yahiling Zuluaga ha creado a partir del diálogo que se dio para escribir esta columna. Conócela aquí.

Este artículo hace parte de una serie de 32 columnas que exploran la desigualdad en los 32 departamentos de Colombia. Los escritos son el resultado de un proceso de diálogo entre académicos, artistas y activistas de cada rincón de nuestro país. Para conocer más sobre las publicaciones semanales del proyecto Diálogos Territoriales sobre Desigualdad y sobre nuestro centro de investigación comunitaria, síguenos en IG @reimaginemos.colombia o X @reimaginemos.

Coautores: Alexander Rincón, Investigador y docente Universidad Nacional de Colombia; Anónimo. Lideresa indígena, defensora de los derechos humanos y de las mujeres; Yahiling Zuluaga; artista interesada en cosmologías indígenas y campesinas. Con la participación de Jarvi Vargas, profesor y líder del Vaupés. 

Editora: @Allison_Benson_. Investigadora y Directora de Reimaginemos



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